Los esperadísimos y queridísimos

Los: eternamente esperadísimos, infinitamente deseados, muchísimas veces envidiados e inmumerables otras veces aparentados frente a algún guardia; dieciocho me han llegado.

Luego de analizarlo con algún profesor, hoy sé que en realidad yo ya viví mi año número dieciocho de vida, y que ahora en realidad estoy comenzando a vivir el número diecinueve, pero bueno, los invito a irse en esa volada frente a un guardia o en alguna botillería, luego me cuentan el éxito o fracaso que tengan

En realidad nada de eso importa ahora, la cosa es... que los tengo.

¿No me cree señor guardia?

APELLIDOS

Argüello Sabja

NOMBRES

Sofía Macarena 

FECHA DE NACIMIENTO

31 ago 1991

RUN

17.704.122-k

Y ya basta de tratarlos sólo como una puerta para el mundo del jolgorio nocturno y el desenfreno juvenil. Son mi entrada al mundo adulto, y es que es cierto, podemos reconocer abiertamente que un día más o un día menos no me hacen cambiar totalmente, no es que un lunes yo sea de cierta manera y que el martes me despierte siendo más madura. Pero ahora es distinto; éste no es un lunes cualquiera, y mañana no será un martes cualquiera. Este peso que te impone la sociedad, estos "dieciocho años", esta "legalidad", sea un día más o sea un día menos, hace que te caiga la teja. Y es que sí, porque créanme niñitos, aunque a la mayoría le guste hacerse el maduro y les digan "hueón, es la misma hueá'", yo puedo decirles que no, no es la misma hueá'. La gente te ve distinto, empiezan a esperar cierta actitud de parte tuya, y las expectativas y responsabilidades personales cambian; te quieres más (aunque eso es aplicable a mí en cualquier época del año), te respetas más, te ves distinto y quieres más. Quieres más para ti y para tu futuro, es en este momento en el que empezarás a tomar las decisiones más personales y definitorias en cuanto a lo que tu futuro será, independiente de si estas mil años en una carrera y luego descubres que quieres algo completamente contrario y te cambias, ahora eres tú el que decide, ahora estás solo, no porque de pronto tus familiares y amigos te den la espalda, sino porque tú mismo esperas algo distinto de ti, esperas responsabilidad y seguridad dentro de toda la incertidumbre para encontrar las mejores maneras de guiarte en tu vida.

Esperas algo más, esperas que este día más de vida en el que se celebran los dieciocho años de tu llegada al mundo, o como me dijo un amigo, la celebración del espermatozoide que le ganó a los miles de millones de otros y te convirtió en quien eres hoy, te aporte la entrada a una nueva época de tu vida.

Y sí, es agradable, es reconfortante, es algo de lo cual uno puede sentirse orgulloso y sí, también da miedo.

Porque el complejo de Peter Pan nunca desaparece, el querer quedarse así y sentirse abrumado por las responsabilidades que de un día para otro (sí, de un día para otro, porque eso es un cumpleaños) llegan para atacar ahora más que nunca.

Bastante extraño, felicidad y temor al mismo tiempo.

Invito a todas las personas mayores de 20 años a reírse con esto y decirme que me estoy pasando los rollos de la vida y que en un par de años más me daré cuenta que este es un simple proceso que no me tenía que tomar tan a pecho. Los ya mayorcitos pueden decirme también que dentro de 10 años me daré cuenta que en realidad ahora no sabía nada de la vida, y que las decisiones que tan importantes considero ahora, en realidad no eran tan definitorias como yo creía, y que en realidad, mi vida está recién comenzando.

Recibo todos esos comentarios felizmente y responde que a mí me encanta tomarme las cosas a pecho y otorgarle a absolutamente todo una importancia quizá no merecida y a veces bastante innecesaria.

Y mi vida está recién comenzando.

Y siento miedo.

Y me gustaría agradecer a ellos, a los que han estado conmigo durante todo este tiempo. a los que me conocen de verdad, a los que han hecho de estos dieciocho años unos dieciocho años inolvidables y bellísimos que conservaré como un tesoro preciadísimo en mi memoria, porque hay que aceptarlo, sin ellos no sería lo mismo.

Les agradezco por estar ahí, por acompañarme, por apoyarme, por celebrarme, por felicitarme y por quererme.

Y les agradezco de antemano a quienes sé que seguirán ahí durante mucho tiempo más, a quienes sé que agarrarán mi miedo a este nuevo mundo y nuevo etapa y harán lo posible por convertirlo en otra etapa bellísima que querré guardar dentro de mis recuerdos, a quienes no me quitarán el miedo, sino que me harán valiente para afrontarlo en todos los momentos de mi vida, a quienes me enseñen y me acompañen en el disfrutar, a quienes están ahí porque tienen un compromiso con la vida, y con mi vida.

Muchísimas gracias a quienes se sientan identificados con estas bellas acciones, quiero que sepan que no cambiaría nada de lo que he vivido con ellos y que me enorgullezco de mí misma por ser quien soy gracias a ellos, me enorgullezco de ellos por ser quienes son y quienes han sido conmigo, y me enorgullezco de todas las cosas no sólo maravillosas, sino memorables que hemos logrado crear juntos.

De nuevo, muchas gracias.

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