miércoles, 16 de noviembre de 2011

Vale por nada

En su mayoría, los cambios a nivel global y generalizado se pueden apreciar, más que nada, mirando hacia atrás y contemplando un período de tiempo amplio.
Claro, la gente se desarrolla de distintas maneras, los tiempos cambian y eso se traduce en un cambio en la mentalidad, conducta y actuar de las personas.
Sin embargo, sin abarcar demasiado tiempo (entiéndase "demasiado" como más de lo que yo llevo en este mundo, que son solo 20 años), es extremadamente obvia la desconfianza, negatividad y resignación progresiva que se va generando.

No es necesario siquiera que pasen un par de generaciones para poder detectar la intensificación de las sensaciones de este tipo dentro de la conciencia global.

Antes, cuando una publicidad decía que existía la posibilidad de que dentro de sus productos encontraras un "vale otro", lo creías, y cada vez que abrías ese paquete de papas fritas cruzabas los dedos, con una pequeña cuota de ansiedad y una innegable esperanza confiando en que, quizás, iba a aparecer ese papelito entremedio de toda esa masa de fritanga que dijera que podías cobrar otro paquete completamente gratis.

Luego, los vale otro no dejaron de aparecer, pero ya no podías cobrarlos en cualquier lugar, el quiosco de la esquina se convirtió en nada más que un local de emergencia al que acudir al momento de no tener otras opciones.
Si querías tu otro paquete de papas fritas, que habías ganado honradamente, debías ir a algún supermercado, o ni siquiera, a algún lugar certificado que estuviera autorizado (por no sé quién) a entregarte las benditas calorías envasadas.

No bastó mucho tiempo para que estas promociones simplemente desaparecieran, cuando salía a relucir en alguna conversación el concepto de "vale otro" siempre lo hacía acompañado de un sentimiento de nostalgia, llevando un poco la mente hacia el pasado, cuando estabas sentado en la playa, con el calzón del traje de baño lleno de arena, las manos pegoteadas y el palito del helado que tenía grabado iluminándote "vale otro".

Ahora, si aparece una publicidad de este tipo no hay nada más que resignación. No hay nadie que, efectivamente, espere encontrarse con su ticket hacia el placer gratuito cuando compra ese paquete de papas fritas que intenta engañarlo diciendo que, tal vez, puedas tener otro sin pagar nada. Y si, por alguna intervención divina, llegases a encontrarlo, también tienes muy claro que no será nada fácil encontrar dónde cobrarlo, por lo que el destino inminente de ese apreciado recuerdo del pasado que ya no encaja con tu vida, es el basurero, junto con todas las cosas que no valen paquetes de papas fritas gratis.

Nos han quitado la esperanza, la fe y la emoción en la vida.
Y todo es culpa de la paulatina desaparición y restricción de los vale otro.


.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Es sólo una denuncia, no exijo nada de vuelta

Quisiera denunciar un robo múltiple.
Un inesperado robo de mi completa atención, mi capacidad de concentración, mi autocontrol de pensamientos y mi fábrica de sentimientos.



.

Esta es esa última

Hay veces,
muchas veces,
muchísimas veces,
en las que la concentración es imposible.
Algunas de esas veces es porque existen demasiadas cosas por las que preocuparse
e intenar priorizar
o elegir
u ordenar
es pedir demasiado.

Y otras veces prima otro distractor.
Otras veces,
independiente de la cantidad de cosas que necesitan concentración,
existe una sola que se la roba toda.
Inevitable
inconsciente
incontrolable
y avasalladoramente.

Esa es esta vez.


.

Ni con la vida misma

Tengo una exquisita selección de canciones
que me consume
justo al momento de poner play.
Y resulta que terminé por darme cuenta
de que todas
y cada una de ellas
tienen un momento
intermedio
- pero más cercano al final que al principio en la mayoría de los casos -
que me hace sentir como la culminación de todo.
Y con todo me refiero a
todo.
Es impagable.


.

sábado, 30 de julio de 2011

Expectatívame

La cosa es que ahora
yo no sé qué hacer.

Y más que esperar a descubrir lo que se supone que haga
es que,
en realidad,
yo misma tengo que decidir
qué es eso.

¡¿Qué se supone que haga?!
¿Qué decisión se supone que tome?
Si apenas,
y a duras penas,
puedo aclarar el ahora...
Y ahora mismo
hay que decidir.

O hay que jugársela.
Hay que arriesgarse.
Pero, cuando es esto lo que está en juego
¿cómo asegurar algo?
lo que sea.
Si pareciera que lo único seguro
es la posibilidad de sufrir.

Yo,
por mi parte,
no tengo nada claro.

O bueno, casi nada.
Sí sé que disfruto
que te disfruto,
porque me valoras como nadie.

Sin embargo
más allá de eso
ya no sé qué hacer.

Por lo pronto,
lo único de lo que estoy totalmente segura
y lo único por lo que pondría mis manos al fuego...
Por ahora
te hago una sola promesa
porque es la única con la que me puedo comprometer:
es que después del día lunes
te prometo
de corazón
que vendrá el día martes.

.

lunes, 11 de julio de 2011

O unos ojos un espejo

Una sensación fuertísima
Que no sólo se manifiesta ahí
en los sentimientos
esta también se siente físicamente,
haciendo falta.

La sensación de que faltas
aunque hay días en los que pareciera que desaparece
se intensifica cada día.

Te necesito
tal como mis manos necesitan mis bolsillos.
El problema es que a ellas les sirve cualquier bolsillo
y yo,
pese a todo este tiempo,
ya no sé si eres reemplazable
o si esa sensación se volvió mera costumbre.


.

miércoles, 8 de junio de 2011

La mejor manera de saber hacia dónde sopla el viento es prendiendo un cigarro

La cosa contigo
es que no hay cosa clara.
Eso
es un hecho.

Puede ser que detrás de todo
lo que nos esconde
-que, de igual manera,
no deja de ser parte de nosotros-
seamos la conjugación perfecta.

También puede ser
que sea todo lo contrario,
y que seamos el rechazo en su manera más cruel.
Y si fuera así,
tampoco me quejo.

¿Ves?
Es que no me importa mucho de la manera en que sea
ni que cueste
ni que duela.
Es que eres tú.

Y me daría lo mismo perder mi tiempo
en un ratito contigo.
Me gustaría mucho perderlo.
Róbamelo.

O por favor, algo
de alguna manera
sacarme esta intriga
y saber
si sí
o si no.


.

martes, 31 de mayo de 2011

¿Divisa la línea? Bueno, esto se aleja mucho de ella.

No sé qué hace esto acá. Si quiere, puede intentar adivinar cómo es que esta entrada vino a caer en este blog. Le doy ánimos más por protocolo que por verdadera fe; go go usted.

Si la drasticidad es la única forma, compleméntenla, por favor. Encuentren el equilibrio con el mar calmo que es tan necesario a la hora de la toma de decisiones.
Si la inconsecuencia se ve opacada por las mentes abrumadas de tanto revuelo e indignación, en realidad estamos descontruyendo nuestro algo.
Y si la insistencia es la técnica de conquista, la verdadera esencia del propósito se pierde más que bastante en el camino.

Somos jóvenes -quizás demasiado- y por supuesto que podemos hacer de todo. Absolutamente todo está a nuestro alcance, y si hay algo muy difícil de conseguir es, obviamente, porque hay algún factor obstáculo empeñado en desviarnos de nuestro tan necesario fin.
Y, ojo, esto no es sarcasmo. No digo que sea prescindible, no digo que no tengamos razón.
Digo, simplemente, que de la manera en la que se está haciendo se promueven otros ideales, otros que no guardan relación alguna con el quid del asunto y que son nada más que un agregado ornamental para "darle sabor a la cosa". Porque somos jóvenes, po.
Porque así se dan a entender otras cosas, se forman otras imágenes en las cabezas de quienes presencian desde el exterior, y es así cómo llega la tan odiada reputación de los lolos.
No cierta, pero entendible en su proceso de gestación.
Al igual que ese pensamiento que tenemos nosotros, ese que nos dice que las cosas están tan ridículamente mal, que pareciera que en realidad todo el resto atenta en nuestra contra premeditadamente.
Erróneo, pero tal vez lógico.
Es un círculo vicioso y, ¿la culpa? Pues nadie, "un círculo no tiene principio".
Y al parecer la única solución es que llegue alguien con alguna fórmula mágica que pueda transformar esta figura, hacer enfrentar de manera más humana nuestras conclusiones, peticiones y medios con sus imposiciones, consideraciones y decisiones finales.
Aunque tal vez no deban confiar en lo que digo, de Matemática yo no sé mucho.



.

domingo, 8 de mayo de 2011

Casi tan enojada como cuando no hay paltas en la casa

Estoy enojadísima.
Molesta
irritada
enfurecida.
Estoy perturbada.

Estoy enojadísima contigo.
Y conmigo.
Pero contigo no puedo estarlo más.
Llevo demasiado tiempo ya retándote
en mi mente.
Pidiéndote por favor que no me hagas esto.
Discutiéndote.
¡Llevo mucho más que horas insultándote!
Insultándote... ¡a ti!

Quiero que por favor te vayas
o que te lleves
o que dejes ir
eso que me encanta tanto ahora
y que me molesta muchísimo más después.

Es un favor
es un ruego.
Despertar estas cosas
así como así
no solo pasa por ser víctimas de los impulsos...
¡Oh, los impulsos!
Imagínate lo que estaría pasando ahora de haber reprimido esos.
Probablemente nada.

Aunque probablemente ahora
aun con impulsos incluidos
de todas maneras
para ti no ocurre nada.

¡Y es que estoy tan enojada conmigo!
Que veo cosas que no debería
en lugares que tampoco debiera siquiera estar contemplando.
Que se aparecen ante mí
como si los estuviera insconscientemente buscando.
Y que se generan "solos"
y,
aparentemente,
sólo para atormentarme a mí.

En la soledad.


.

Demasiado nuevo

Esto es nuevo.

Reconozco mi ingenuidad,
facilidad, idiotez,
para este tipo de cosas.
Sí, hace ya bastante tiempo que lo tengo clarísimo;
soy de esas que caen porque sí
y de las que creen que esos "porque sí"
son en realidad de todo lo más hermoso imaginable.
De esas capaces de transformar la unidireccionalidad
en los diálogos de relación más intensos que alguien pueda llegar a tener.
Me caracterizo por mi facultad de crear evidentes insinuaciones de las más nimias acciones humanas.
Ya estoy acostumbrada.
Y eso
es bastante patético.

Pero ahora hay algo distinto.
Esto es nuevo.

En lugar
o mejor dicho "además"
de crear de todo de la nada
y de generar en los demás lo que en realidad no es
he empezado a descubrir en mi misma
cosas que pensé que realmente no estaban ahí
o que simplemente no estaban a mi altura.

Ahora,
debo confesar,
soy celosa.
O eso creo.
Creo que soy de esas personas que sienten celos
y de los más angustiantes que hay...
si es que en realidad hay distintos tipos de celos y si existen algunos más intensos que otros...
en ese caso, yo padezco de los peores.

Si antes era una máquina para perseguirme
ahora ya me he encontrado con mí misma a lo menos 10 veces de tantas vueltas en las que me he pasado.
Y aun así
no logro encontrar todas esas yo
para que se pongan de acuerdo.

Ahora también soy tímida.
Contigo, por lo menos.
Nunca antes visto.
Ahora no sé qué decir
te
Y eso que antes solías ser al único al que le podía decir ciertas cosas.
Ahora todo me cuesta más.
Y ahora todo hay que pensarlo el triple de lo quintuple extra que ya pensaba antes.

Ahora el corazón me late más rápido.


.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Y eso que yo nunca he sabido combinar

Muchas, muchísimas cosas buenas
y todo puede resumirse
en que me pones a escribir así nuevamente.
Eso significa muchas
muchísimas cosas buenas.

Que no siempre seas bueno, es increíble.
Que a veces te guste demasiado
quizás no es tan increíble.
Pero que a mí me guste demasiado
que a ti te guste demasiado
sí que es increíble.

Y esclarecedor.
Dentro de lo enormemente confuso que es.
Y fuera de lo premeditado que no es.

Sí.
Significa muchas
muchísimas cosas.
Que probablemente se ajustan a una relatividad idealista.
A la mía, por ejemplo.
Y en tu caso, entonces,
no hay nada
que sea un todo
ni siquiera un poco
para que pueda ser algo.

Esta vez, no estoy segura de eso.
Las últimas veces ha sido evidente.
Quizás de manera humillante,
pero no menos (ir)real.
Ahora puede ser que no.

Algo
que, para variar, no sé qué es,
me dice que en realidad sean máscaras.
Múltiples,
para cada ocasión.
Pero que en realidad
allí debajo
podemos conjugar.


.

lunes, 18 de abril de 2011

Para muy pocos ojos

Paf.
Listo.
Casi, casi, casi pensé que
quizás, quizás, quizás
ya no era tanto así.

Pero no.
De ninguna manera.
Ahí está
atacando
y con una rapidez impresionante
debo decir incluso
que nunca antes vivida
y también incrementó la intensidad.

Ahora
más de lo de siempre:
ruego que ahora sí que sí
ruego que las cosas avancen.

Y ruego que esto no le haga sentido a nadie más que a mí.


.

martes, 22 de marzo de 2011

Asuntos libres dando vueltas por ahí

Estoy cansada
cansadísima de estas reflexiones nocturnas
que siempre parecen culminar en decisiones impetuosas
definitorias
de por vida
de cambio
y que en realidad
parecen ser tomadas durmiendo.

Siempre es lo mismo
"mañana sí que sí"
"mañana por fin"
y hay dos opciones
o la constancia en mí es nula
o mañana no llega nunca.

Sería tan agradable inclinarse por la opción más fácil
la quizás menos válida
la que me deja a mí exenta de responsabilidades
en todos los asuntos.

"Tome las riendas del asunto"
Pero estos asuntos parecen ni siquiera tener forma.


.

jueves, 13 de enero de 2011

Y qué si es verdad

Si en realidad sí lo pienso
muchas veces
quizás demasiadas
y, para ser honesta,
difícil sería encontrar un solo momento en que no lo haga.

Y qué si le doy rienda suelta a la imaginación
prefiriendo llamarla "una de tantas posibilidades".
Y qué si intento barajar las circunstancias
para convertirlas en las posibilidades que ando buscando
que sé que existen
por ahí
en algún lugar
o quizás en algún tiempo.

¿Acaso importa tanto que un solo momento
me importe tanto?
¿Es tan malo que todo lo que ocurra después
en mi cabeza
y en mi juego
sean el camino hacia lo que
-asumo-
estoy esperando?

Todo eso es verdad
Todo eso y mucho
pero mucho más.

Y qué si lo es.

Ahora
espero
ansío
¿ruego?
juego
a que no sea la única apostándole a las probabilidades.


.

lunes, 10 de enero de 2011

Y una sopa con más sal de la cuenta... no tiene remedio

En realidad, es bastante típico.
Muchas cosas no son lo que parecen
Otras aparentan ser algo completamente distinto
a veces intencionalmente
y otras veces no tanto.
Hay veces también en las que no se es ni lo uno ni lo otro
sino que se es el aparentar
el proceso
el verbo.
Es una nueva
otra
manera de ser
haciendo.

Desgraciadamente, hay más.
Hay veces
hay cosas
quienes
que no son algo
que aparentan ser otra cosa
otro alguien
ya que se ven condicionados a factores externos.
¿Dejarse llevar?
O no darse cuenta
y darse cuenta.

Como las sopas
cuando las preparas, el agua está hirviendo y se vuelve bastante difícil descifrar el sabor que van tomando
es por eso que no hay que excederse
ni dejarse llevar.
Pero hay veces
que te encuentras tan distraído
gozando la distracción
que en realidad es una invención
que no te das cuenta
y terminas dejándote llevar.

Es por eso que hoy la sopa me quedó extremadamente salada.


.