lunes, 30 de abril de 2012

Y es que a nadie le gusta una puerta que no deja de chirriar

Hay muchos demasiados tardes en los tiempos presentes que tienen más ideas para el pasado
que para el ahora.
O el después.

Ideas brillantes, sutiles, detalladas,
perfectas.
"¿Cómo no se me ocurrió antes?"

Ahora no sirven de mucho.
Sirven para nada.

Y nada está muy agradecida, es un peldaño más que se construye para alcanzar su meta.
Su perfección.

A ella le sirve tener un pasado perfecto que en realidad es imaginario
Viviendo un presente pendiente de lo que no está pasando
Y proyectando vivencias hacia atrás.

Pero, ¿a mí?




miércoles, 25 de abril de 2012

No te confundas

La idea
la mía
Es que pienses lo que yo quiero que pienses cuando te digo que te pienso.
Lo que yo necesito.

Una armonía perfecta, pero que debe nacer natural y personalmente
para satisfacer la naturaleza y personalidad de solo uno de nosotros.

Es mi orgullo que, azucaradamente, busca intimar con lo que en realidad no me dices.
Que no ha terminado de quererte.



domingo, 22 de abril de 2012

O quizás es que yo todavía no lo encuentro

Alguna vez escuché que el paso del tiempo es la mejor manera de superar las penas.
En realidad, lo escuché más de una vez.
De hecho, me lo he dicho a mí misma.
E incluso he llegado a comprobarlo empíricamente.

Claro, el tiempo provoca un olvido aletargado.

Sin embargo, no hay dolor más intenso que el de la lucha de las lágrimas que llevan tiempo esperando salir y que el cuerpo, gracias al paso del tiempo, no quiere liberar.

El remedio del tiempo se dedica a gestar sentimientos sin avisarnos, hasta que el cuerpo mismo se da cuenta de su existencia y no encuentra la manera de alivianarse.

Y para esas represas
no hay remedio.



Y me gusta la felicidad

Espérame cinco minutos
que mi corazón nunca se había sentido así
y necesita acostumbrarse.

Espérame porque la plenitud me deja petrificada
y debo recuperarme.

Necesito pensar nada más
y acordarme de no pensar tanto.

Espérame
dame tiempo para disfrutar de tu recuerdo en mi imaginación
antes de que llegues realmente a agitarlo todo.

Me encanta pensar en ti.

Hazme un regalo.
Dame tiempo para procesar, para entender.

Espérame cinco minutos
en los que te pueda tener todo para mí sin tenerte realmente.
Cinco minutos ahora para poder tenerte en carne y hueso el resto de los minutos que vengan.

Necesito ese poco de tiempo para regocijarme en esto
que me está matando de novedad
y que me está deshaciendo de placer.

Espérame cinco minutos
que no estoy acostumbrada a esta felicidad.


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