La cosa contigo
es que no hay cosa clara.
Eso
es un hecho.
Puede ser que detrás de todo
lo que nos esconde
-que, de igual manera,
no deja de ser parte de nosotros-
seamos la conjugación perfecta.
También puede ser
que sea todo lo contrario,
y que seamos el rechazo en su manera más cruel.
Y si fuera así,
tampoco me quejo.
¿Ves?
Es que no me importa mucho de la manera en que sea
ni que cueste
ni que duela.
Es que eres tú.
Y me daría lo mismo perder mi tiempo
en un ratito contigo.
Me gustaría mucho perderlo.
Róbamelo.
O por favor, algo
de alguna manera
sacarme esta intriga
y saber
si sí
o si no.
.
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