domingo, 8 de mayo de 2011

Casi tan enojada como cuando no hay paltas en la casa

Estoy enojadísima.
Molesta
irritada
enfurecida.
Estoy perturbada.

Estoy enojadísima contigo.
Y conmigo.
Pero contigo no puedo estarlo más.
Llevo demasiado tiempo ya retándote
en mi mente.
Pidiéndote por favor que no me hagas esto.
Discutiéndote.
¡Llevo mucho más que horas insultándote!
Insultándote... ¡a ti!

Quiero que por favor te vayas
o que te lleves
o que dejes ir
eso que me encanta tanto ahora
y que me molesta muchísimo más después.

Es un favor
es un ruego.
Despertar estas cosas
así como así
no solo pasa por ser víctimas de los impulsos...
¡Oh, los impulsos!
Imagínate lo que estaría pasando ahora de haber reprimido esos.
Probablemente nada.

Aunque probablemente ahora
aun con impulsos incluidos
de todas maneras
para ti no ocurre nada.

¡Y es que estoy tan enojada conmigo!
Que veo cosas que no debería
en lugares que tampoco debiera siquiera estar contemplando.
Que se aparecen ante mí
como si los estuviera insconscientemente buscando.
Y que se generan "solos"
y,
aparentemente,
sólo para atormentarme a mí.

En la soledad.


.

No hay comentarios.: