jueves, 5 de julio de 2007

Chata..

Chata, chata, chata, CHATA.
Estoy chata, así de simple.
Chata de mi casa, de mi mamá, de mis amigos, del clima, de que cierren el candado de la reja al revés, chata de despertarme en la mañana y que esté oscuro, chata de que se me salga la pintura de las uñas, chata de tener frío, chata de la música, chata del color de mi alfombra, chata de la incomprensión, chata de comerme las uñas, chata de no dormir lo suficiente, chata de que me pique la nariz, chata de la tele, de la gente, chata de la manera de pensar de las personas, chata de los errores, chata de no ser quien me gustaría ser, chata de la gente estúpida y poco empática que está chata de imbecilidades, chata de mi, chata de todo y de todos; chata de estar perdiendo el interés en vivir.

¿Eso se puede perder?
Uno puede pensar, a primera impresión, que no, pero la verdad es que sí.
La vida, al volverse monótona, se torna aburrida, como una vida malgastada, no aprovechada.

¿Cuáles son las motivaciones para seguir viviendo?
Mi complejo de ateísmo, que según muchos es una simple y común etapa de la adolescencia (muchos que aún no comprenden que yo no soy ni simple ni común), me hace descartar que los seres divinos sean una motivación para vivir.
El amor.
Sí, puede ser.
Es más, yo creo que esa es la razón.
Pero el amor no siempre es bien querido ni bienvenido. El amor no solo trae cosas buenas, también trae consigo un sin fin de malaventuras indeseables.
Pero aún así, ya que la mayoría de los seres humanos son conocedores del sufrimiento que generalmente conlleva el amor, éstos conocedores del dolor son los que aman, aman profunda y totalmente, entregan todo de sí, sin esperar nada a cambio, y así es como empiezan los problemas y pesares.
Pero no, no hay manera de entender.
¿Cuántas tragedias amorosas se conocen hasta ahora?
¿Cuántas penas amorosas ha sufrido la gente?
¡Millones!
Pero no.
No hay manera de entender.
Quizás estos actos medios masoquistas son los que nos crean como personas, los que nos ayudan a crecer, a aprender, a actuar, a aconsejar, a pensar, a amar.
Pero no.
Nunca aprenderemos.

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