domingo, 23 de septiembre de 2007

Cansada

Te cansas de hacer las cosas de la manera en la que las estás haciendo, de los por qué, de los resultados, de los cargos de conciencia.
Uno no siempre aprende de los errores.
Los comete, los detecta, los analiza, los asume, los sufre.
Pero tan fácil no volver a cometerlos, no es.
Es más fácil "olvidarlos".
Olvidar todo el remordimiento de los errores previos.
Y vivir la emoción de un segundo.
Y después, vuelves a sentirte mal.
Y peor aún.
Te empiezas a calificar de imbécil retardado que no tiene mente.
Un imbécil retardado en carencia de autocontrol que no es capaz de recordar, de aprender.
Y te cansas.
Te desprecias.
Te desprecias porque no sabes cómo una persona actuando de una simple manera es capaz de llevarte a ti a cometer grandes errores.
Grandes errores que son culpa tuya.
Pero no.
Tratas de buscarle una decimosexta pata al gato y cargarle la culpa alguien más.
Pero al fin y al cabo.
Tú eres completamente capaz de decidir qué hacer y qué no hacer.
¿O no?
Bueno, no siempre.
"Gracias a la pasión la gente hace cosas excepcionales."
Y no es sólo una pasión carnal.
Es la pasión que uno tiene en las cosas.
Se convierte en el anhelo.
O en algo completamente momentáneo.
Que quieres hacer.
Pero sabes que está mal.
Y aún así...
Lo hago.

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